A todos nos han preguntado, «¿Qué quieres ser cuando seas mayor?» Sin embargo; un adulto como promedio cambiará de trabajo más de diez veces en su vida laboral, y sólo el 27% de los graduados universitarios terminan trabajando en un empleo relacionado con su especialización. Así que, espera ¿Estamos haciendo la pregunta correcta?

Sería mucho más fácil si Dios viniese a nosotros y dijera: «¡Esta es tu misión en la vida! ¡Ve y haz una ingeniería! » La realidad, dista mucho de esto, pero Dios nos ha dado la libertad y la responsabilidad de encontrarlo por nosotros mismos, así que la próxima vez que te hagas esa pregunta, ten en cuenta los consejos del Rev. Moon:

Piensa en grande, planea en pequeño:

Cada momento, añadido a lo largo de toda la vida, nos hace ser quienes somos. Sueña a lo grande, asegúrate de no  estar viviendo en el «algún día» y olvidandote del hoy. ¿Qué se puede hacer ahora, incluso si es sólo un pequeño paso hacia adelante?

Tener una visión más amplia

«La elección de tu profesión, no se debe basar en sólo tus talentos e intereses. Ser  bombero, agricultor, o un jugador de fútbol depende de ti, pero a lo que me refiero trasciende tu ocupación. ¿Qué tipo de vida llevarás como un jugador de fútbol? ¿Cómo vivirás siendo granjero? ¿Cuál es tu objetivo en la vida? El objetivo final es lo que da sentido al tipo de vida que elijas llevar «-. Un ciudadano consagrado con la paz.

Todos queremos vivir una vida llena de amor, y aunque nuestras carreras son importantes, si nos falta el amor entonces ¿Vale la pena nuestros logros en la vida?

Toma las riendas, hazte responsable

«Dios dotó a los seres humanos con una parte de la responsabilidad por la siguiente razón. Al cumplir con su parte dada de la responsabilidad, en la cual ni siquiera Dios interfiere, los seres humanos están destinados a heredar la naturaleza creadora de Dios y participar en la gran obra de la creación de Dios «-. Principio Divino.

Nuestro Padre Celestial desea que sintamos la pasión, la inspiración, y la sensación de logro después de trabajar duro rumbo a nuestros sueños. Has oído decir, «No es el destino, es el viaje.» Dios quiere que experimentemos todo el viaje de convertirnos en lo que somos, y aprender las lecciones que tenemos que aprender con el fin de lograr nuestros objetivos.

¡Tu decides!

La buena noticia es que le te toca a ti. Esto significa que tenemos el poder y la responsabilidad sobre nuestras vidas. Es bueno tener una idea de las cosas que quieres hacer en el futuro, y establecer tus planes para llegar allí, pero si aún no lo tienes del todo claro, no te preocupes. Parte de la magia reside en esa fase del camino.

Hagas lo que hagas, vincúlalo al más grande de los propósitos, experimentar alegría y traer alegría a los demás, porque cada paso intencional que tomamos en esa dirección, nos acerca a la creación de un mundo mejor.