Todos hemos pasado por ello, y aun así pensamos que nadie nos entiende. Así funciona la soledad: crea aislamiento. Aunque intelectualmente sabemos que las cosas podrían ser mucho peor, la soledad se hace insoportable a veces, un pozo del que cuesta salir. Las situaciones pueden ser distintas pero todos sabemos lo que se siente.

La buena noticia es que el sentimiento con frecuencia es temporal, y si nos llenamos con un poco de amor y perspectiva, no sólo lo superaremos sino que nos hará más fuertes. Sabemos que no es fácil, por eso queremos equiparte (y equiparnos) con un kit de supervivencia, para esos momentos en los que sientas que no eres lo suficientemente bueno, te sientas vacío, solo o incomprendido. Junto con tu película o música favorita, y ese snack indulgente, saca este artículo y permite que estos recordatorios te ayuden a pasar la tormenta:

Compasión

Punto uno e imperativo: ¡dáte un respiro! No es malo sentirse solo, a todos nos pasa alguna vez. El hecho de que te sientas así, indica que tienes la capacidad de experimentar un gran amor. Te gusta sentirte pleno y la ausencia de ello crea una gran impotencia en ti.

Incluso la ciencia moderna explica que no sólo buscamos sentirnos queridos y comprendidos, sino que lo necesitamos. Una muestra de ello, es que en algunos hospitales se ha implantado la figura del baby cuddler, voluntarios que van a sostener, abrazar y mimar a aquellos bebés que por razones diversas no han tenido oportunidad de recibir ese trato de sus padres. Los bebés que han recibido cariño tienen una mayor vitalidad (medida) y les resulta más sencillo relajarse. En esencia, todos tenemos una profunda necesidad de conectar con otras personas.

Si no sientes esa conexión, intenta retomar el contacto con alguien a quien aprecies, o busca a quien pueda estar en tu misma situación; ayudar a alguien puede sacarte de tu propia depresión y de esa forma el beneficio es múltiple.

¡Quiérete!

De forma inconsciente buscamos la aceptación de los demás para sentirnos bien con nosotros mismos. De la misma forma que te puedes sentir completamente sólo en una habitación llena de gente, lo opuesto también funciona. Podemos estar solos pero no en solitario, si recordamos que nuestro valor no procede de lo externo, sino del hecho de ser hijos e hijas de Dios. Tienes un gran valor, belleza, talento y otras cosas especiales a los ojos de nuestro Padre Celestial ¿Quién le puede rebatir a Dios?

Hoy es un día para hacer algo bueno por ti: desde practicar aquel hobby que tanto te gustaba a darte un baño relajante, salir fuera, etc.

Perspectiva

Incluso Dios se siente solo a veces, tal y como nos recuerda el Padre Moon, «No importa lo omnipotente y omnisciente que Dios pueda ser, sin alguien a quien amar, es un Dios solitario y triste» (Cheong Seong Gyeong, pg. 75)

La soledad puede hacernos sentir que nadie nos entiende, pero paradójicamente, estamos juntos en ese sentimiento. Cuando sentimos esa desesperación, es como descubrir un rincón secreto en el corazón de Dios, el cual anhela a Sus hijos e hijas cada día. Si somos capaces de acudir a Dios en esos momentos, no sólo calmamos nuestro corazón, el suyo también.

Perspicacia

Los sentimientos, incluso los negativos, pueden sernos útiles. Si nos paramos a escucharlos, pueden convertirse en herramientas que nos guíen.

Supongamos que estás en una fiesta rodeado de mucha gente, pero te sientes solo. Pregúntate «¿por qué?». ¿Es por que no encajas? ¿Estás fingiendo ser alguien que no eres? ¿La gente que te rodea conoce y respeta tus valores? Si profundizas en este tipo de cuestiones y hallas una respuesta, la soledad puede ser la señal que cambie tu actitud o tu entorno.

Permite que ese sentimiento sea una lección para aprender. No te limites a darle vueltas. Pregúntate y aprende.

Nunca lo olvides

No estas solo, estamos aquí y ¡Te queremos!

Comenta el artículo y comparte. ¿Cómo gestionas tú esos sentimientos de soledad? ¿Qué consejo darías a otras personas que se sientan así?